Coaching, una buena inversión para las pymes

En México sólo las grandes empresas contratan estos servicios. Te decimos cómo aprovecharlos para tu negocio.

Mejora de relaciones con supervisores y trabajo en equipo, comunicación laboral eficaz, fortalecimiento de vínculos con clientes internos y externos, reducción de conflictos y satisfacción laboral son las principales razones por las que una empresa contrata un servicio de coaching.

La cultura del coaching, ese proceso provocativo y creativo que maximiza el potencial humano tanto personal como profesional, es incipiente en México pero cada día cobra más relevancia, asegura a Alto Nivel.com.mx Humberto Corona Vázquez, presidente de International Coach Federation (Federación Internacional de Coaching ICF) Capítulo México.

A pesar de que el coaching profesional implica una gran oportunidad de negocio, en México sólo las grandes empresas contratan estos servicios, lo que significa que las empresas de menor tamaño no están recibiendo estos beneficios.

Las pequeñas y medianas empresas son un importante motor de desarrollo en México por su alto impacto en la generación de empleos y en la producción nacional; según el INEGI, el país cuenta con más de 4 millones de unidades empresariales, de las cuales el 99.8 por ciento son pequeñas y medianas empresas (pymes), mismas que generan el 52 por ciento del Producto Interno Bruto y el 72 por ciento del empleo nacional.

Actualmente el principal escenario laboral de los coaches mexicanos son las grandes corporaciones, pero las mipymes mexicanas comienzan a requerirlos y se prevé un “boom” a corto plazo.

“Sería maravilloso que las micro y pequeñas empresas utilizaran más este servicio, pues generalmente los ejecutivos de estos negocios son grandes innovadores, pero cuando se topan con problemas administrativos o financieros pierden el rumbo, así que un coach les ayudaría con esos retos”.

El especialista explicó que en ICF han detectado que en las empresas mexicanas se tiende al individualismo, a pasar por encima de los demás y a expresarse sin claridad. “El coach acompaña al personal para resolver sus problemáticas y para que alcancen sus metas individuales, profesionales e incluso de vida”.

Resultados medibles

Para algunos la promesa del coaching de un importante aumento en la producción laboral suena a canto de sirenas, pero su impacto es claro y medible.

Según Manchester Consulting Group, la inversión en coaching tiene un retorno de seis veces el costo del proceso. “Si la empresa gasta cien pesos en capacitar a un ejecutivo, el retorno de la inversión será de 600 pesos”. Se calcula que tras un proceso de coaching, el rendimiento laboral de la empresa se eleva un 70%, la autoconfianza de los empleados mejora hasta un 80% y el balance vida-trabajo se perfecciona hasta en un 67%.

Rapidez en los resultados

Otra ventaja del coaching es la rapidez de sus resultados, pues el proceso no rebasa los seis meses. Lo recomendable son 12 sesiones de una hora en promedio, que pueden ser semanales o quincenales.

“A diferencia de la consultoría o la terapia, que en ocasiones tardan años en ofrecer resultados, el coaching es rápido. Si en 12 sesiones no se logra un cambio significativo en el cliente el coaching no funcionó; o al revés, tras los cambios significativos que se logran en 12 sesiones el coach ya no tiene grandes aportaciones que hacer” explica Humberto Corona Vázquez.

Según cifras de ICF, el 99% de las empresas y personas que tuvieron el apoyo de un coach quedó satisfecho, mientras que el 96% repetiría la experiencia.

La ICF prevé un futuro en el que el coaching sea parte integral de la sociedad. Si hay un nicho con un gran potencial laboral en México es el coaching profesional. El mercado es grande y hay pocos especialistas. En el país existen alrededor de 4 mil coaches y solamente 160 están avalados por la ICF, que con 15 mil 900 coaches es la asociación con el mayor número de profesionales certificados en el mundo. 

Que no te tomen el pelo

Los coaches ‘piratas’, es decir, personas que toman un curso de un fin de semana y ofrecen tales servicios, están dañando gravemente la credibilidad de este método. “Cuando alguien que se ostenta como coach no da los resultados esperados, lógicamente la empresa se desencanta del servicio porque cree que es malo, y se tiende a generalizar” lamenta Humberto Corona Vázquez.

Para combatir este flagelo, la Federación Internacional de Coaching trabaja en dos sentidos para la profesionalización de esta rama: entrega credenciales que avalan el profesionalismo de los coaches y acredita escuelas de coaching para que tengan la calidad necesaria.

Corona Vázquez recomienda a las personas interesadas en este servicio verificar en dónde estudiaron y pedirles credenciales que los acrediten como miembros profesionales de alguna institución renombrada.

“Además de considerar las opciones anteriores, los interesados pueden solicitar referencias del coach en las empresas en las que ha trabajado”. 

FUENTE: ALTO NIVEL / SOY ENTREPRENEUR