Estrategias: replantea los objetivos de tu pyme

En toda empresa es necesario replantear los proyectos periódicamente. Todo esto de acuerdo con los datos que se van recopilando. Aún así los expertos recomiendan evitar el pesimismo. Esto podría afectar al ánimo de la gestión.

ESTRATEGIAS | ¿Por qué es importante replantear los objetivos de tu PYME?

La revisión de objetivos es un paso necesario dentro de la gestión. Aunque no está exento de riesgos si no se plantea de la manera adecuada. Tres, cuatro, seis meses o un año son los periodos tras los que las empresas suelen hacer un alto en el camino. Esto para reflexionar sobre la situación por la que atraviesan y determinar si todo va en la dirección marcada o si hay que replantear las metas.

Uno de los fenómenos más habituales en este campo es el efecto descrito en psicología como efecto “Pigmalión o profecía autocumplida”. Este proceso tiene lugar cuando responsables y empleados sientan las bases para crear la realidad reflejada en los objetivos.

En caso positivo (aumentar ventas, expandirse, internacionalizarse…), esto contribuirá a motivar la dirección y empleados. Pero hay que tener cuidado cuando no se ha alcanzado lo propuesto y se fijan metas menores que las anteriores. Si las cosas no han marchado según lo previsto, los expertos consideran que es preferible mantener los objetivos y pisar el acelerador, antes que fijar unos a la baja que puedan debilitar el interés de los colaboradores.

Sin embargo, la revisión sí que debe servir para buscar otra forma de conseguir lo que se pretendía en un principio. Replantear los proyectos a través de nuevos procedimientos resulta ser buena idea. También las estrategias son un buen método para no perder la motivación de alcanzar las metas finales.

Marcar propósitos ambiciosos ayudará a las empresas a superar la temida zona de confort. Acomodarse o conformarse puede conducir a una compañía a adormecer su estructura y capacidad de innovación. Lo cual terminará por repercutir negativamente en sus cuentas.

Es necesario propiciar los retos para que los empleados conserven el interés por lo que hacen. Esto para que la empresa se pueda beneficiar de todo su potencial. En cualquier caso, no hay que perder de vista la realidad y adaptar las intenciones a objetivos concretos y realizables. Las generalidades o los fines claramente irrealizables no servirán como motivación.

Fuente: Santander Pyme