Iniciar una empresa o compañía siempre es un reto muy grande, independientemente del giro que se le piense dar, ya que el proceso que conlleva está plagado de dificultades, contratiempos y un contexto complicado, con un mercado cada vez más cerrado y competitivo.
Sin embargo, aquellos que logran sobreponerse a las circunstancias que se les presenten pueden estar más en control de su actualidad y del futuro de su proyecto, inclusive para darse el lujo de decidir en qué participan y en qué no.
En Trínitas, financiera de créditos pyme, estamos conscientes de que construir un negocio desde cero es algo sumamente complejo, y por eso queremos hablar el día de hoy de los diferentes momentos del desarrollo empresarial que todas las organizaciones experimentan.
El sitio especializado en negocios y economía, La Nota Económica, identifica cinco etapas del crecimiento empresarial, las cuales te explicamos a continuación:
1.- Existencia, paso clave
En el momento en que una empresa entra en operaciones, las cosas pueden tornarse cuesta arriba, puesto que se trabaja con pérdidas y con el objetivo inmediato de sentar las bases para que sea sustentable en el corto y mediano plazo.
Aquí no se cuenta todavía con un personal extenso, por lo que casi todo el trabajo recae en los hombros del líder del proyecto, ya sea consiguiendo clientes o haciendo trabajo operativo para reducir la carga de trabajo y no tener que verse en la necesidad de contratar a un elemento más.
Desafortunadamente muchas empresas no logran la suficiente aceptación en sus inicios y tienen que salir del mercado por carencia de capital. En estas situaciones, y si se percibe un panorama favorable, conseguir créditos pyme es una gran solución para afrontar la complejidad del arranque.
2.- Sobrevivir, las primeras mieles del triunfo
Cuando el negocio ha logrado conseguir algunos clientes recurrentes, se puede considerar que la idea inicial es viable y que cuenta con cierta solidez que le permite hacerse de una mayor cantidad de capital humano para aceptar mayores cargas de trabajo.
Aunque puede sentirse poco a poco que el flujo de capital comienza a resarcir la inversión inicial, muchas empresas caen en una zona de confort debido a que los clientes fijos aportan lo necesario para sobrevivir y se estancan.
Si los dirigentes identifican que dicho momentum debe de servir como inversión para dar el paso hacia el éxito, entonces el proyecto se consolidará.
3. El éxito deseado, un momento de decisión
Una vez que la empresa logra ser reconocible y autosostenible, el dueño se enfrenta a una decisión que marcará significativamente a la estructura de la organización: ¿seguir como líder o dedicarse a nuevos proyectos?
Así es, la máxima cabeza podría marcharse con la seguridad de que las operaciones pueden sobrevivir sin su presencia; todo lo contrario de si decidiera quedarse, ya que tendría que optar entre crecer a la empresa o quedarse en una zona donde no se corran riesgos.
Si bien podría decirse que crecer es lo más lógico, los mercados actuales están acotados por circunstancias fuera del alcance de las empresas, como mercados cerrados, escasos tiempos de adaptación o imposibilidades geográficas.
En Trínitas entendemos que el éxito es solo la fase previa a algo mucho mejor, y por eso pasamos ahora al despegue de la compañía.
4. El despegue, pasar a las ligas mayores
Debido a las complicaciones que previamente hemos mencionado, las organizaciones deben de afinar su estructura para que el crecimiento exponencial no se vuelva un proceso de desestabilización y, por el contrario, genere mayores ganancias y presencia en el mercado.
Para lograrlo, el dueño debe de comenzar a delegar muchas de sus responsabilidades al equipo de directores o gerentes, para que pueda tener una visión mucho más amplia de lo que sucede con todos los procesos que se llevan a cabo.
Y no es poca cosa, pues estudios del London Business School aseguran que delegar eficazmente puede llevar a un incremento de ventas de hasta el 20 por ciento.
5. Madurez, una etapa para buscar nuevos horizontes
En algún momento el crecimiento acelerado se detendrá y la empresa entrará en una etapa donde la estabilidad y fortaleza son sus máximas cartas de presentación, además de que todas las experiencias previas les permiten un nivel de madurez óptimo para prevenir futuros sobresaltos.
Pero para no caer en la obsolescencia, es necesario que se inicien procesos de innovación que se adapte a las nuevas necesidades que su giro les requiera y, sobre todo, que puedan anticiparlas.
Las innovaciones también incluyen la compra de empresas de menor desarrollo para expandirse en el mercado, sin tomar riesgos innecesarios que puedan dar cabida a una pérdida de la solidez adquirida.
En Trínitas te ofrecemos un crédito pyme para que no detengas esa idea de negocio que tienes en la cabeza y que puedas desarrollarla de la mejor manera.
*Fuente: http://lanotaeconomica.com.co