Ser un joven emprendedor es, a la vez una bendición y una maldición. Ellos pueden tomar riesgos y manejar negocios en tiempo real para averiguar dónde se encuentran las mejores oportunidades. Sin embargo, la maldición se encuentra en la curva de aprendizaje.
Los errores son un paso obligado para los jóvenes emprendedores. De hecho, algunos de los propietarios de los negocios más exitosos del mundo aún fallan antes de golpear a lo grande. Sin embargo, algunos errores son evidentes.
Aquí hay tres errores que hacen que los jóvenes empresarios que ponen en peligro su credibilidad:
1.- Compartir (en exceso) todo en Redes Sociales
El usuario promedio de internet pasa 1.7 horas en las redes sociales por día. Para los empresarios jóvenes, utilizar los medios sociales para compartir la monotonía de su vida cotidiana se ha convertido en la norma.
Sólo recuerda que, una vez que la información es pública todo mundo la verá, incluyendo tus inversionistas, los miembros de la junta, empleados y clientes.
Twittear acerca de lo difícil que es un cliente, puede ser un pretexto perfecto para que los representantes de dicha marca, puedan verlo.
2.- Contratar a amigos y familiares
Los amigos y el dinero no se mezclan. Los préstamos se hacen regalos, los favores se convierten en tareas y las amistades a menudo se echan a perder.
Como empresarios jóvenes, nuestra intuición es contratar a los que conocemos. Queremos rodearnos de gente que nos gusta y compartir la riqueza de nuestras nuevas empresas. El hecho de que un amigo se graduó con un grado de contabilidad, no significa que él debe ser tu director financiero.
3.- Tiener exceso de confianza
La confianza no es mala, el exceso de ego puede terminar tu negocio.
No permitas que tu propia arrogancia se interponga en el camino. Recuerda, siempre habrá una compañía más grande, más exitosa que la tuya.
Es importante aprender de los que te rodean. La construcción de la credibilidad es fundamental para el éxito de tu negocio. Sé consciente de los errores que has evitado fácilmente y que pueden empañar tu autoridad.
Como decía Steve Jobs, “A veces cuando se innova, se cometen errores. Es mejor admitirlos rápidamente, y seguir adelante con la mejora de sus otras innovaciones”.
No dejes que tu edad defina tu trabajo, deja que tu trabajo hable por sí mismo.