En su libro Piensa, intuye y acertarás (Gestión 2000), Isabel García Méndez nos da las claves para sacar todo el partido a esa otra forma de conocimiento que es la intuición. Estas serían sus claves:
Potenciar el liderazgo
Estamos acostumbrados a trabajar el hemisferio izquierdo, pero para aprovechar el 100% de nuestra mente es necesario fomentar el derecho y llegar a ser ambicerebral. El líder del siglo XXI supera la frontera de la razón y la emoción para aceptar la necesidad de escuchar su voz interior, que se apoya en sus experiencias, sus conocimientos previos y la información acumulada a lo largo de su vida.
Tomar decisiones
En los tiempos actuales, donde las cosas cambian a velocidad de vértigo, el análisis estrictamente lógico se revela insuficiente. Es imprescindible aceptar que no podemos tener todos los datos necesarios para adoptar la decisión más racionalmente correcta, ni el tiempo para buscarlos. La vía que nos queda es la intuitiva, una habilidad cada vez más valorada en las organizaciones.
Seleccionar y gestionar equipos
El líder intuitivo debe rodearse de un equipo donde se combinen adecuadamente el componente racional y el intuitivo. De esta manera, podrá conjugar la espontaneidad, la innovación y la creatividad con el análisis detallado y racional de los proyectos.
Detectar oportunidades
Todo emprendedor debe tener una alta dosis de intuición, entendida como esa capacidad para ir más allá de lo que aparece ante nuestra visión, por tirar de un hilo simplemente porque el olfato te dice que ahí hay algo.
Mejorar nuestra capacidad de influencia
Conocer los límites que nos impiden sacar todo el partido a nuestra intuición, nos permite, a su vez, identificar los procesos de razonamiento de los demás y de esta manera influir en sus decisiones. Una habilidad fundamental en el marketing.
FUENTE: REVISTA EMPRENDEDORES